Vivimos tiempos de mentiras, donde lo externo cuenta más que lo que llevamos dentro, en dónde viajamos para sacar las mejores fotos, para nuestro Instagram, dónde salimos a cenar con amigos para conseguir esa foto ó nos ponemos guapos para que nos vean.
Demostrar a todos que somos bellos y felices, parece ser que es lo que prima.
No obstante, no es así para todo el mundo.
Hay muchas personas que son bellas en su interior y en su exterior.
Se cuidan por fuera porque su cuerpo es el chasis de su alma y deben de preocuparse por él, comiendo sanamente, haciendo deporte y preparándose para que, cuando se miran al espejo, les guste lo que ven.
Cuidan su aspecto, su maquillaje, su cabello, su cuerpo y su alma.
Esas personas son aquellas que transmiten luz, son como faros en la oscuridad y se ven en la distancia.
Con su sonrisa transmiten felicidad, paz y amor, no les hacen falta las cámaras, las imágenes, ni las fotos, porque se cuidan para ellos mismos, son bellos en movimiento.
Su forma de moverse, de estar en el mundo transmite belleza, su rictus es elegante, desprenden esa aura cuando hablan, que tranquilizan el alma.
Esas personas son bellas en su interior, porque han conseguido gestionar sus vidas, su entorno los ven como líderes, aunque en ocasiones, sus vidas no sean fáciles ni perfectas, pero su presencia hace que el mundo se pare.
No obstante, aunque hay una gran parte natural en ellos, otra la han tenido que construir, trabajando su interior y su exterior.
Es cierto que algunos nacen con unos dones que hace que ser de esta manera sea más sencillo, pero detrás de todas esas personas hay una historia y generalmente no es un camino de rosas.
Con el Coaching de Belleza, enseñamos a nuestros clientes a verse más bellos, por dentro y por fuera, los acompañamos en ese camino que se debe de recorrer para reconocer nuestra alma y ser el reflejo externo de ella.
¡Comienza por querer transformarte y ser tu mejor versión, el camino comienza ya!